
Hace poco el Ministro de Defensa alemán dimitió por plagio de tesis doctoral; posteriormente el Presidente de Hungría se vio forzado a dejar su cargo por un caso indéntico. Todavía mi mujer me pregunta por qué he empeñado varios años de mi vida en hacer una tesis doctoral que probablemente no me reporte ninguna utilidad ni beneficio económico. ¿Para qué querrían el teutón y el húngaro una tesis fraudulenta cuando ya habían alcanzado relevantes cargos? ¿Si estaban dispuestos a defraudar en lo superfluo lo habrían hecho en lo verdaderamente importante? Ignoro si en esos países se castiga más la felonía que la codicia, pero, al menos, el afán de tener a toda costa una tesis ha reportado alguna tangible utilidad. Dos puestos libres y dos títulos menos en el mundo. Si será por papel….
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