Pablo Iglesias dice que no aspira a convertir España en Venezuela sino en Dinamarca. Pero, ¿donde va a encontrar tantos daneses en España? En esos países escandinavos, de moral luterana, donde la única posible redención es el trabajo productivo y útil a la comunidad, no está bien visto abusar de las subvenciones, las becas, y los subsidios. En esos territorios inhóspitos se valora la creatividad, el libre emprendimiento, la lealtad con la nación, la investigación y, sobre todo, el no vivir del cuento. Sólo sociedades con ese músculo social pueden permitirse socorrer dignamente a los más desfavorecidos, porque, entre otras cosas, éstos representan un mínimo porcentaje de la población. Una sociedad, como la española, donde los subvencionados son admirados y lideran partidos políticos, no es el mejor terrero para que arraigue esa visión escandinava de la existencia.

Los daneses no abundan en España
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