No es islamofobia, es autodefensa.


En noviembre de 2009 publiqué en este blog la entrada “Blas Infante y la Patria Andaluza” que a juzgar por los comentarios recibidos no fue del agrado de casi ningún lector. La entrada sólo pretendía mostrar mi opinión -siempre personal y discutible- sobre esa naif construcción de Andalucía y España basada en retazos folclóricos que las hermanan con “florecientes” culturas africanas o arábigas.  En la busca de elementos diferenciales algunos han encontrado en la chilaba y en las babuchas rasgos de los que sentirse orgullosos y sobre los cuales inventarse proyectos políticos que llegan a la rendención de Al-Andalus por medio del Islam con escala en el socialismo más radical y transgresor. La verdad, no me imagino yo esta fórmula de Estado en Arabia Saudí, Irán, o en nuestro vecino Reino de Marruecos. Para esto también se ve que Spain is different. Puede verse este ideario en un blog que lleva por título “Identidad Andaluza”

Interesante articulo “A propósito de un libro imprescindible” publicado ayer (26/08/2010) en el Mundo -edición Málaga-, escrito por Manuel González Jiménez, que valoraba el libro del historiador Serafín Fanjul, “Al-Andalus contra España. La forja de un mito” (Madrid, Siglo XXI de España Editores, 2002). Un artículo dirigido a desmontar todas esas falacias históricas (el idilio de civilizaciones, la edén del Al-Andalus, el genocidio castellano, la opresión andaluza, etc. ), en las que Fanjul profundiza en su libro.

González Jiménez concluye su artículo con unas citas de la que reproduzco una. Es un comentario periodístico del profesor Alfonso Lazo Díaz:

Hace pocas semanas todo un catedrático de Universidad calificaba de etnocidio la conquista de Granada y, por extensión, de toda Andalucía. ¡Válgame Dios! La manía cada vez más frecuente de mirar hacia el pasado para azotarnos con él, amenaza en ocasiones en caer en el ridículo y alcanzar cotas absurdas. Lamentar la toma de la Alhambra (por los Reyes Católicos), la de Sevilla por San Fernando, la de Jerez por Alfonso X, es negar nuestra propia existencia; pues no somos los descendientes de los conquistados sino los hijos de los conquistadores. En todo caso uno debe ser coherente. Si el fin de la Andalucía islámica fue un etnocidio también lo sería, digo yo, el de la España visigoda a manos de los árabes; y el de la Hispania romana por los invasores germanos; por no hablar del asesinato de Viriato… Pero además, ese empeño de algunos por segregar nuestra tierra de una Europa a la que pertenece falsifica la historia.

Ignoro si se ha constituido en España alguna asociación de víctimas de las falacias históricas andalusíes, pero si la hubiera debería hacer socio honorífico a Zapatero (por su Alianza de Civlizaciones) y, a título póstumo, a Blas Infante (por el conjunto de sus inopinadas investigaciones).

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