El cometa Zapatero se desintegra antes de tiempo a su paso por la Unión Europea.

No hace mucho tiempo, en junio de 2009,  Pajín anunciaba a bombo y platillo la cercanía de un acontecimiento histórico para el planeta, la coincidencia de que José Luis Rodríguez Zapatero ostentase la Presidencia de la UE y que Barack Obama presidiese los EEUU, valorando este hecho como «una esperanza para muchos seres humanos».

Afortunadamente para los europeos y tal vez para los americanos, Zapatero no estará ya al frente de la Presidencia de la UE, o por lo menos no en la rimbobante forma que imaginaba Pajín. Su afirmación sólo sirvió para colocarla en  un lugar preferente de la antología del peloteo y para comprobar, a seis meses vista, que esa declaración se ha convertido, una vez más, en agua de borrajas; aunque en esta ocasión no ha sido por la incompetencia de Zapatero y sus enchufados, sino por la rigurosa aplicación de ese refrán que dice que «a perro flaco todo son pulgas», y porque en ese escenario circense a Zapatero le han vuelto a crecer los enanos.

El enano, en este caso, ha sido el ex primer ministro belga Herman Van Rompuy, que antes de lo previsto ha ocupado un cargo que estaba reservado al líder natural de esos 497 millones de desorientados europeos que no comían ni dormían aguardando la confluencia de astros; ese líder, según la mente pueril Pajín, era José Luis Rodríguez Zapatero.

El propio Moratinos ya se ha apresurado a decir que Rompuy presidirá las cumbres de la Unión Europea y hablará a la prensa, añadiendo que sería decisión del belga invitar al Presidente español, si lo considerase necesario. Ni siquiera Moratinos presidirá las reuniones de ministros de exteriores en la UE, sino la recién nombrada Catherine Ashton, que estrena su cargo de Alto Representante de la Unión para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad.

Zapatero, condenado a gravitar fuera de órbita por varios lustros, habrá de conformarse con divagar su buenismo en esas constelaciones paralelas donde se mueven con soltura los Hugo Chávez,  los Evo Morales, las Haidar, y los costaleros de esa cosa denominada «Alianza de Civilizaciones». El pobre ZP tendrá que seguir planchando las camisas de Sarkozy para continuar metiendo la cabeza en esas cumbres que ya no presidirá. Otra vez será.