¡Qué le vamos a hacer José Luís! Te ha ocurrido como con la fotografía de tus hijas. ¿Tú que ibas a saber? ¿Cómo podías tú suponer que el disfraz de tus hijas iba a causar tan repercusión mediática? Tú entraste en política imitando a Felipe González delante del espejo, quizá pensando en que una vez que asomas la cabeza por la Historia, ya todo es remar a favor de corriente, siempre habrá una mitad de España que disculpará tus errores. A tí te habían dicho que gobernar era eso: hablar pausadamente, no entrar en profundidades para no ahogarse, y mentir mucho, aprovechando el Alzheimer permanente que sufre la sociedad española. Pero nadie te habló de la crisis financiera, de la refundación del capitalismo, del G-20, de las hipotecas tóxicas, las subprimes, que llegastes a pronunciar sin saber ni papa de inglés. Ya ves, la Historia no te hará ese hueco que tú pensabas. Delante de tu espejo, donde imitabas a Felipe, no hay lugar para un estadista, que sea a capaz de tomar decisiones beneficiosas por muy impopulares que parezcan. ¿No oíste nunca hablar de Charles de Gaulle? Pregúntale a tu amigo Nicolás, ese que va diciendo que no eres muy inteligente. De Gaulle, en momento de crisis social, convocó un referendum y condicionó su continuidad al éxito de la consulta. Perdió y se fué. ¿No crees que ya es momento de plantearte que no estás capacitado para gobernar España en tiempos de crisis y hacer lo que haría un verdadero estadista como de Gaulle? Sencillamente irte. No te faltarán Consejos de Estados ni Consejos de Administración de Carrefoures donde cobijar tu sobrada experiencia política y sacar un jornal para tu casa. En algo te voy a dar la razón. Dejar a España en manos de Mariano y su banda no sería muy patriota. Tómate un respiro y pregunta a Pepín, que a la Salgado ya la has sacrificado, que de esta crisis sólo va a quedar la foto de tus hijas al lado de Obama.
Zapatero, te sorprendieron en el lugar equivocado a la hora equivocada.
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