Aproximación a la problemática de las minorías húngaras


El censo rumano de 1992 registraba en el país 16 minorías nacionales, sobre una población total de 22.760.449 personas. La minoría con mayor número de individuos era la húngara, con 1.620.199 personas, seguida de la gitana (409.723 individuos) y la alemana, con 119.436 personas[1]. Con gran diferencia, la húngara es la minoría mayoritaria en Rumanía. Su todavía nutrida presencia ha ido paulatinamente disminuyendo al compás de la presión ejercida por el grupo dominante. El censo de 2002 arrojaba una significativa reducción de individuos, cifrándose, según fuentes rumanas, en 1.434.377 de personas, lo que representaba el 6,6 por 100 de la población total del país[2].

Hungría, derrotada tras la Gran Guerra, por su alianza con Austria y Alemania, se ve despedazada y pierde, aproximadamente, dos terceras partes de su territorio y un tercio de la población de etnia magiar que quedó distribuida, y mal avenida, en los Estados limítrofes. El Tratado de Trianon, firmado el 4 de junio de 1920, fragmenta el territorio histórico húngaro, no sólo el que controlaba en el seno de la monarquía dual, sino el que tradicionalmente había estado poblado mayoritariamente por húngaros, que es transferido a los Estados vecinos, muchos de ellos forjados tras el colapso del Imperio Austro-Húngaro[3]. Al comienzo de la Gran Guerra, en 1914, el Reino de Rumanía tenía una población de, aproximadamente, 7.900.000 personas en un territorio de 137.903 kilómetros cuadrados[4]. Tras la conclusión de la guerra y el desmembramiento del Imperio el territorio rumano se duplica -295,049 kilómetros cuadrados-, al igual que la población que alcanzó la cifra de unos 18.000.000 de habitantes, de los cuales unos 5.200.000 (28 por 100) no pertenecían a la etnia rumana[5].

ILLYES afirma que, inmediatamente después de finalizar la Primera Guerra Mundial, y la firma del Tratado de Trianon, comienzan a sucederse vertiginosos cambios en la organización territorial y en la distribución de la población, lo que fuerza a muchos húngaros a abandonar el país[6]. Esta reorganización y redistribución se dirigía a diluir, en la medida de lo posible, la problemática minoría en la población mayoritaria[7]. En 1938, después de diversas reorganizaciones territoriales, la Ley de Administración Pública de 14 de agosto, promulgada bajo la dictadura de Carlos II, acaba por asestar el golpe definitivo a las minorías húngaras, excluyendo cualquier forma de gobierno.

Ante la herida abierta por la firma del Tratado de Trianon, y la humillación que suponía para Hungría, no era de extrañar que en los albores de la II Guerra Mundial, Hungría retomara sus permanentes reivindicaciones territoriales, uniéndose a los países del Eje, obteniéndose con ello, ya comenzada la guerra, en 1940, en el Diktat de Viena, el dominio sobre el norte de Transilvania. Situación efímera que concluye aun antes de considerarse oficialmente concluida la contienda bélica. Rumanía, en un primer momento, aliada del Eje, cambia de posición firmando un Armisticio con la Unión Soviética en 1944. El artículo 1 de este armisticio establecía que Rumanía, desde ese momento, tomaría las armas contra Alemania y Hungría[8]. Esta circunstancia fue utilizada para amedrentar y esquilmar las minorías húngaras de Rumanía, tildadas de fascistas, lo que mueve a las tropas soviéticas a interceder y proteger a los húngaros. La causa comunista encontró, por esta razón, muchos adeptos entre los desencantados magiares, lo que produjo una unión temporal entre los húngaros rumanos y Stalin: éste vio en la minoría húngara un valioso baluarte en su afán de derrotar al anti-comunismo rumano, llegando a prometer igualdad de derechos si Transilvania era anexionada finalmente a Rumanía. Este periodo de comodidad para los magiares, cuyos hitos son la fundación de la Universidad Húngara Bolyai en Clúj, y la inauguración de varios canales en lengua húngara en Radio Bucarest, se vio perturbada por la ebullición de los tiempos. Todavía el destino de Transilvania no estaba claro ni la dirección política que habrían de tomar los países del Centro y del Este de Europa en los meses inmediatamente posteriores a la conclusión de la II Guerra Mundial.

La minoría húngara de Transilvania fue escasamente protegida en la Conferencia de París de 1946[9]. Stalin decidió que Transilvania fuera anexionada definitivamente a Rumanía en vez de a Hungría porque pensó que el comunismo sería más bien acogido en el primer país, a pesar de que tanto Estados Unidos como Reino Unido sugirieron soluciones más equitativas a favor de Hungría[10]. La Conferencia de Paz elude hablar de derechos colectivos de las minorías y sólo reconoce derechos individuales, reduciendo los primeros a una cuestión interna de los Estados.

Tras la abdicación del rey Miguel, en 1947, y el ascenso al poder de Gheorghiu-Dej, del Partido de Trabajadores Rumanos, comienza un periodo asfixiante para la minoría húngara que durará, ininterrumpidamente, con mayor o menor virulencia, hasta los albores del siglo XXI, coincidiendo con las aspiraciones europeístas de los Países del Centro y Este de Europa. Así se reduce la Universidad de Bolyai a un Instituto de Enseñanza Secundaria, se acusa, falsamente, a los dirigente del Partido del Pueblo Húngaro de espionaje y termina con la con la clausura del partido en 1953. Curiosamente, con la muerte de Stalin, en ese mismo año, el acoso a las minorías se incrementa vigorosamente. Se prohíbe el uso de otra lengua que no fuera el rumano. Para colmo, la Revolución antisoviética húngara, encabezada por Imre Nágy mueve a los estudiantes húngaros de Transilvania a participar en manifestaciones antisoviéticas y antirumanas. Unas 40.000 personas fueron arrestadas.

La elección de Nicolau Ceausescu como Secretario General del Partido Comunista Rumano, en 1965, empeora aun más la situación. La Constitución de la República Socialista de Rumanía de 21 de agosto de 1965 proclama una “unificada, indivisible Rumanía”. En 1968 Ceausescu remodifica las fronteras de los condados para lograr mayorías rumanas en cualquier zona de país. Después de que Ceausescu fuera elegido Presidente de la República en 1974 el acoso a la minoría húngara se torna en persecución. Prohíbe al acceso de académicos e investigadores húngaros a cualquier documento histórico, archivo, biblioteca o bien con valor cultural o científico. Desalienta incluso la mera tolerancia por el uso de las lenguas minoritarias. En 1977, ordena arrestar y torturar a un grupo de intelectuales húngaros, uno de los cuales es encontrado muerto en su casa, inmediatamente después de su liberación[11].

Tras el golpe de estado de 1989, una vez derrocado Ceausescu, bajo el gobierno interino del Frente de Salvación Nacional, se proclaman promesas atractivas para la minoría húngara. Su Declaración de Derechos de las Minorías Nacionales, en 1990, reconocía tanto derechos individuales como colectivos. Se promete asimismo representación proporcional del las minorías en el Parlamento y la reapertura de la Universidad Bolyai. Pero pronto estas promesas se quedan en papel mojado y emergen sentimientos ultranacionalistas, y unitarios, que tratan de reemplazar la derrotada utopía socialista. La contundente respuesta nacionalista rumana se constituye en el Partido Vatra Romanesca (Cuna Rumana.) Las pasiones se desatan, alentadas por este partido, y en una concentración antihúngara, organizada en Tirgu-Mures mueren 8 personas y 800 resultan heridas, de diversa consideración, en una disputa sobre escuelas y señales bilingües. La situación empeora con la llegada al poder del Partido de la Unidad Nacional Rumana, de marcada posición ultranacionalista. El presidente de este partido, Gheorghe Funar, es elegido alcalde de Cluj, y aprovecha para retirar los signos de identidad húngaros, oponerse a las escuelas magiares e impedir simposiums internacionales argumentando que fomentaban el irredentismo húngaro. La tensión acumulada provocó que el gobierno tuviera que enviar tropas a la zona.

No puede decirse, en modo alguno, que la situación de las minorías húngaras en Rumanía sea, en la actualidad, tan asfixiante como lo era hace diez o veinte años. Sin embargo, los oprobios contra las minorías magiares impregnan todavía la memoria colectiva, las hemerotecas e incluso el contenido de encendidos debates en el Parlamento Europeo, no tan lejanos en el tiempo[12]. Los húngaros de Rumanía claman por una autonomía que el centralismo constitucional categóricamente les niega. La Historia Reciente rumana nos enseña que bastan episodios anecdóticos para prender revueltas y disturbios interétnicos que reflejan unas reivindicaciones políticas, y de derechos humanos, aún insatisfechas.

[1] ANDREESCU, G.: “Conflicto y reconciliación en las relaciones rumano-húngaras”. En: GONZÁLEZ ENRÍQUEZ, C. (directora). Minorías nacionales y conflictos étnicos en Europa del Este. Madrid: Universidad Nacional de Educación a Distancia, 2004. p. 42.

[2] Recensamant 2002 elaborado por el Institutul National de Statistica y disponible en http://www.recensamant.ro/ [Consulta: 1 de agosto de 2008]

[3] 233.349 kilómetros cuadrados del territorio histórico húngaro fueron cedidos a los estados vecinos, de los cuales 102.787 kilómetros cuadrados se transfirieron a Rumanía, incluyendo los territorios históricos de Transilvania y parte del tradicional este húngaro: Banat Este, la región Körös (Crisana), Szatmár (Satu Mare) y Máramaros (Maramures). Al tiempo de la anexión, casi la mitad de la población de este área no era rumana; la etnia rumana representaba una ligera mayoría del 53,8 por 100. Vid. ILLYES, E.: National Minorities in Romania: Change in Transylvania. Hamilton, Struktura Press, 1982, p. 22.

[4] La unión de estos territorios históricos, que comprenden Moldavia, Valaquia y Dobruja se conocida como Vechiul Regal (Viejo Reino) o como, simplificadamente, Regat. Vid. ILLYES, E.: National Minorities in Romania…, op. cit. p. 22.

[5] Ibíd., p. 23.

[6] Ibíd., p. 29.

[7] En 1925, Rumanía dividió su nuevo territorio en 13 provincias, distribuidas en condados. El territorio histórico de Transilvania fue quebrantado y sus condados modificados para soliviantar el poder de las minorías. Vid. ILLYES, E.: National Minorities in Romania…, op. cit., p. 30.

[8] El Armistcio fue firmado en Moscú el 12 de septiembre de 1944 entre los representantes de Rumanía, Unión Sovíética, Estados Unidos y Reino Unido.

[9] La conocida como Conferencia de Paz de París.

[10] La delegación británica manifestó que “teniendo en cuenta la muy amplia minoría húngara, sería deseable cierta modificación del Tratado de Trianon”.

That delegation declared: «Having regard to the very large Hungarian minority (in Transylvania), some modification of the Trianon settlement may be desirable.» Report of the British Commissioner in Rumania, Le Rougetel, to Foreign Secretary Anthony Eden, on his visit to Cluj on July 19, 1945: FO 371, R 451/451/21, 6.1.1945. London, Foreign Office (apud) ILLYES, E.: National Minorities in Romania…, op. cit., p. 98

[11] Ceausescu llegó tan lejos en su política persecutoria que mandó arrestó a un consejero comercial húngaro de Bucarest acusándole de operar con un coche robado y distribuir panfletos subversivos. Vid. STEWART, J.: «Anti-Hungarian Sentiment in the Nationalist Romanian Media: Revista Romania Mare as a Study.» East European Quarterly 41, no. 4 (2008).

[12] Vid. Pregunta n. 40 del Sr. van der WAAL (H-0071/92) a la Cooperación Política Europea: Ame-nazas al obispo Tökés y la situación de las minorías en Rumania. Debates del PE (ed. española): N°. 414 p. 0204.. Y la Pregunta n. 106 del mismo Sr. van der WAAL (H-0228/92) a la Comisión: La situación de peligro en que se encuentra el obispo Tökés y la posición de las minorías en Rumanía. Debates del PE (ed. española): N°. 416 p. 0178.

Fotografía: El jefe de la delegación húngara en París, conde Albert Apponyi (con barba blanca)


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6 respuestas a “Aproximación a la problemática de las minorías húngaras”

  1. Avatar de Anonymous
    Anonymous

    Muy interesante.

  2. Avatar de szkitavar
    szkitavar

    La ciudadania hungara es el derecho legitimo de todos los hungaros!!!
    En siglo 21 ya es tarde pensar en ..recuperacion de territorios,pero el mundo tiene que conocer la situacion antes de opinar.Deberia:)

    1. Avatar de Antonio
      Antonio

      Jó napot kivánok. Azt képzelem, hogy magyar vagy. Teljesen igazad van.

      Üdvözlettel

  3. Avatar de miklos brenner
    miklos brenner

    soy desendiente de hungaros ,vivo en Argentina ,pais que e visitado y amo me gustaria recuperar la nacionalidad hungara que mi abuelo perdio a manos de los rumanos que lo golpeaban en su escuela en la transilvania ,por hablar idioma magyar,si alguien puede orientarme ,ya he hablado con autoridades de la embajada hungara pero me han ignorado a pesar de que relate mi historia y los sufrimientos pasados por mi abuelo,no me dieron ninguna solucion.Con un libro de sandor maray recorde todo lo que el me relato .arriva hungria

    1. Avatar de ENRIQUE
      ENRIQUE

      HOLA ME LLAMO ENRIQUE SOY URUGUAYO Y VIVO EN BARCELONA ESTOY EN UNA SITUACION MUY PARECIDA CON MI ABUELO Y HE HABLADO CON EL CONSUL HUNGARO EN BARCELONA Y ME DIJO QUE TRAMITE EL CERTIFICADO DE NACIMIENTO A PARTIR DEL 1 DE ENERO DE 2011 QUE CAMBIA LA LEY DE CIUDADNIA HUNGARA Y SERA MAS FACIL TRAMITARLA ..

    2. Avatar de Csaba Forizs
      Csaba Forizs

      viendo tu nombre y tu fee te puedo asegurarte que eres mas ungaro que los funcionarios de esa embajada quienes de muchisimas veces nos tratan de ese modo pero si le puedes demostrarlo de alguna manera la nacionalidad de tu abuelo quien ha nacido en teritorio hungaro no te lo pueden denegar.Soy nacido en Transilvania y vivo con mi familia en españa y voy a recuperar la nacionalidad que tenian mis antepasados. Escibo en castellano pero estoi convencido que tu abuelo te enseño algo ,si no todo,de nuestra idioma magyar. Un saludo y szebb jovot

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